El Pirineo y las Tierras de Lleida son un destino ideal en verano para los amantes de la naturaleza y de la aventura. un paraíso outdoor que nos ofrece múltiples posibilidades de disfrute y de inmersión en su rico patrimonio histórico y cultural, en sus tradiciones y en el sabor de estas comarcas.
Llega el verano y con él el buen tiempo y las ganas de salir de casa, de pasar el tiempo de ocio con la familia, de disfrutar del aire puro y de saborear cada momento con tranquilidad fuera de las aglomeraciones de la ciudad, de desconectar y poder descubrir el patrimonio cultural e histórico o bien para tener la oportunidad de vivir aventuras y experiencias enriquecedoras en entornos incomparables. En definitiva, de aprovechar nuestro tiempo libre haciendo aquello que más nos gusta. Y si algún lugar es ideal para poder saborear estos meses veraniegos es, sin duda, la demarcación de Lleida gracias a su amplio abanico de posibilidades y propuestas turísticas pensadas para cubrir las necesidades de toda clase de visitantes. No es por casualidad que las comarcas del Pirineo y las Tierras de Lleida son todo un referente para el turismo familiar. El catálogo de oportunidades que ofrecen a los visitantes es inmenso, tanto en materia de patrimonio monumental, natural o paisajístico como también a la hora de poder realizar todo tipo de actividades que engloban desde el turismo activo a rutas senderistas por espacios de ensueño, pasando por ferias y fiestas populares en pequeños pueblos idílicos y otras muchas iniciativas pensadas, precisamente, para vivir en familia como, por ejemplo, el recorrido con el Tren de los Lagos o las visitas al Parque Astronómico Montsec, en Àger. Todo ello hace que la demarcación de Lleida se haya convertido en un destino turístico apto para todos los públicos donde encontrarán aquello que buscan para disfrutar al máximo de su tiempo de ocio, vivir momentos inolvidables e irse con ganas de volver.
Bienvenida al solsticio de verano
El solsticio de verano arranca con fuerza en las comarcasdel Pirineo leridano con las tradicionales bajadas de fallas para celebrarlo, con la icónica imagen de las serpientes de fuego descendiendo por las laderas de las montañas. Esta fiesta se ha popularizado desde hace unos años gracias al hecho de que la UNESCO le otorgó el reconocimiento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero es una tradición ancestral que se va repitiendo año tras año en diferentes pueblos del Pirineo leridano en torno a la celebración de la fiesta de San Juan, con una presencia especial en distintas localidades de la comarca del Alta Ribagorça, pero también con bajadas muy populares en los Pallars Jussà y Sobirà y en el Alt Urgell. Durro y Senet, Boí, Casós, El Pont de Suert, Vilaller, Barruera, Erill la Vall y Taüll son algunos de los pueblos ribagorzanos con fuerte tradición de fallas, pero también hay que destacar las de Alins e Isil en el Pallars Sobirà, las de La Pobla de Segur en el Pallars Jussà y las de Alàs i Cerc en el Alt Urgell, que completan el calendario de la temporada de bajada de fallas en el Pirineo de Lleida. En la Val d'Aran, por su parte, también hay municipios que celebran la llegada del verano con fuego, pero con un formato propio. En las localidades aranesas de Les y Arties se conserva la tradición de quemar un
abeto la noche más larga del año, en vísperas de San Juan. Son la Fiesta de Eth Haro y de Eth Taro, respectivamente. Por todo ello, las fiestas del fuego del Pirineo leridano son sin duda un espectáculo digno de ver y una bonita y espectacular forma de anunciar que el verano ha empezado.
Lleida para todos los públicos
Y con el arranque del periodo veraniego las comarcas del Pirineo y las Tierras de Lleida abren de par en par sus puertas a la llegada de los que saben que encontrarán aquello que buscan para disfrutar de unos días de tranquilidad con la familia, así como también para quienes deseen disfrutar de actividades más trepidantes y emociones más fuertes. Después de estos años de pandemia se han incrementado las ganas de vivir el momento y de saborear las pequeñas cosas que nos proporciona la vida. Y la demarcación de Lleida, en toda su plenitud, tiene mucho que ofrecer a los visitantes con un abanico de posibilidades para combinar descanso y aventura, naturaleza y patrimonio cultural, gastronomía y enoturismo, tradición y modernidad, y todo siempre muy custodiado por personas de un talante acogedor y apacible que se erigen en el auténtico patrimonio humano de esta tierra. Desde hace unos años empresas y entidades turísticas se han comprometido a hacer del Pirineo y las Tierras de Lleida un destino sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Desde el año 2021 la demarcación ostenta la certificación Biosphere Destination, que avala esta apuesta firme por la sostenibilidad, la responsabilidad y el turismo ecológico que propone garantizar el desarrollo económico y turístico de la zona, preservando y cuidando el entorno natural y cultural privilegiado con el que cuenta. Son la misma gente de la zona, establecimientos, empresas de turismo activo y guías turísticos los primeros en hacer bandera de la conciencia medioambiental y en velar por la preservación del entorno para que todos puedan disfrutarla, así como las futuras generaciones.
Poder maridar la riqueza patrimonial y arquitectónica en el ámbito de la historia y la cultura con un patrimonio natural excepcional que ofrece paisajes paradisíacos al alcance de casi todo el mundo, convierte la demarcación de Lleida en un destino turístico ideal para visitar en familia. Aquellos que busquen respirar aire puro y hacer actividades rodeadas de árboles y naturaleza para huir del ruido y las aglomeraciones de las grandes ciudades, pueden encontrar en el Pirineo leridano su sitio ideal. El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici es sin duda el buque insignia del patrimonio natural del Pirineo, con casi 41.000 hectáreas de paisajes maravillosos repartidos entre las comarcas del Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, la Alta Ribagorça y la Val d’Aran. Recorrer senderos y rutas en medio de este majestuoso parque, descubriendo bosques de pino negro o de abetos, admirando algunos de sus casi 200 lagos naturales o visitando alguno de los nueve refugios de montaña que hay dispersos dentro de sus límites, se convierte en una experiencia única que todo el mundo tendría que vivir al menos una vez en la vida.
La oferta de naturaleza de la demarcación incluye otras propuestas interesantes como el Parque Natural del Alt Pirineu, el más extenso de Cataluña con una superficie de cerca de 80.000 hectáreas y que, entre otras, tiene dentro de su territorio la cumbre más alta de Cataluña, la Pica d’Estats (3.143 m). El parque resulta una reserva del patrimonio natural pirenaico tanto a nivel paisajístico como de fauna con la presencia de especies emblemáticas como el urogallo, el quebrantahuesos o el oso pardo. Y toda esta oferta se complementa también con el Parque Natural del Cadí-Moixeró, el segundo parque más grande de Cataluña, que se reparte en la parte leridana del Alt Urgell, la Cerdanya y el Berguedà, u otros muchos rincones como los de la Vall Fosca, la Vall de Lord o la Ribera Salada, que se extienden por todo el territorio pirenaico y que el visitante podrá ir descubriendo poco a poco.
Pero no solo el Pirineo oculta parajes con un encanto especial. Sería injusto no destacar, en este sentido, otras propuestas que se extienden por toda la demarcación como la sierra del Montsec, que esconde tesoros como el desfiladero de Mont-rebei o el desfiladero de Mu, en Camarasa. O más abajo, en las comarcas de la Plana, donde se puede encontrar lugares magníficos donde merece la pena perderse un rato como son el lago de Ivars y Vila-sana, el Aiguabarreig del Segre-Cinca, los secanos de las Planas de la Unilla, el tomillar de Alfés o las banquetas de los Canales de Urgell, para mencionar solo algunos de los Espacios Naturales de Ponent.
Sin embargo, no podemos olvidar que hay también quien prefiere disfrutar de sus vacaciones y de su tiempo de ocio descubriendo nuevas propuestas relacionadas con la historia y la cultura, visitando conjuntos monumentales u otras muestras representativas de la tradición y las costumbres del país. También estos viajeros encontrarán en las comarcas de Lleida lo que buscan, sin duda alguna. Historia y cultura confluyen en todo el territorio y se concretan en diferentes formatos que dan lugar a experiencias lúdicas, pero al mismo tiempo educativas, que tienen como objetivo acercar el viajero a distintas épocas de nuestra historia. En este caso son visitas obligadas el conjunto monumental de iglesias románicas de la Vall de Boí, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su singularidad, y la Seu Vella de Lleida, que corona la capital del Segrià con su majestuosidad y que se complementa con la Suda, el antiguo Castillo del Rey, de origen andalusí, o la catedral de La Seu d'Urgell, la única en Cataluña que es íntegramente románica. Pero también en Lleida nos podemos transportar a la prehistoria desde el Geoparc Orígens o descubrir vestigios del arte rupestre en la Roca de los Moros de El Cogul, en las Garrigues, con pinturas ancestrales que también cuentan con el reconocimiento de la UNESCO. La fortaleza de los Vilars, en Arbeca, nos permite acercarnos a la forma de vivir de los iberos y los castillos de frontera como el de Mur en el Pallars Jussà o el de Concabella en la Segarra, nos adentran en los tiempos en que cristianos y sarracenos se disputaban el territorio leridano. El castillo templario de Gardeny en Lleida, la judería de Tàrrega, la Ruta del Cister, el Espacio Cultural de los Canales de Urgell de Mollerussa o el Museo Hidroeléctrico de La Torre de Capdella son algunos de los otros espacios que nos evocan momentos clave de la historia, la cultura e, incluso, de la economía de estas comarcas.
Y si en lugar de mirar hacia atrás hay quien prefiere mirar hacia el futuro, también lo puede hacer. El Parque Astronómico Montsec (PAM), ubicado en Àger, acerca los visitantes a la astronomía y permite percibir la inmensidad del universo a la vez que invita a mirar hacia el futuro que se abre a partir de la investigación científica en materia aeroespacial. Situado en pleno Montsec, este espacio está considerado como uno de los mejores lugares del mundo para contemplar el cielo y hacer observación astronómica y disfrutar de la luz de las estrellas, reconocido mundialmente gracias al sello Starlight. Es, sin duda, una visita perfecta para todos los amantes de la ciencia y de la astronomía. También el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici tiene el reconocimiento Starlight.
Y todo ello se complementa con una red de equipos distribuidos por todas las comarcas leridanas que ofrecen actividades familiares en las que tanto chicos como mayores pasarán un buen rato. Los viajes del Tren de los Lagos, desde Lleida hasta La Pobla de Segur, con el tren histórico y con las magníficas vistas panorámicas que ofrece el recorrido, son un ejemplo. También las visitas al Aran Park, en Bossòst, para conocer de cerca la fauna salvaje, o la posibilidad de buscar oro en familia que ofrece el Centro de Interpretación del Oro de Balaguer, son opciones destacadas. El Zoo de los Pirineos en Odèn, en el Solsonès; las propuestas temáticas de la Manreana, en las Garrigues; el Museo Roda Roda de Lleida ciudad; el Museo de la Sal, en Gerri de la Sal, o el Ecomuseo de las Valls d'Àneu, son algunas otras propuestas que completan la oferta de turismo familiar de la demarcación.
En busca de la aventura
No todo el mundo busca tranquilidad, relajarse y encontrar momentos de descanso para desconectar de su rutina durante los meses de verano. También hay quien busca vivir aventuras, hacer actividades y deporte en plena natura, estar en movimiento constante e, incluso, generar adrenalina con experiencias más intensas. Y sí, también las comarcas de Lleida ofrecen esta posibilidad. No en balde se han convertido en un referente en materia de turismo activo a escala internacional, un sector que tiene en la demarcación 270 empresas especializadas que ofrecen más de 50 actividades de tierra, agua y aire para vivir la aventura y el deporte. El rafting sigue siendo el más popular de los deportes de aventura y la punta de lanza de la oferta en las comarcas del Pirineo leridano, con el Noguera Ribagorçana, el Noguera Pallaresa, el Garona y el Segre como centro de la actividad. Pero también hay otras disciplinas, como por ejemplo el piragüismo (canoa y kayak), el hidrospeed, el hidrotrineo, el descenso de barrancos, el hidrobob y el trekking acuático, para mencionar las más populares.
Y para los que busquen remojarse en aguas más tranquilas el embalse de Rialb, el Ràfting Parc de La Seu d'Urgell, el Parque de la Roca del Call de Ponts, las dos grandes balsas de Gimenells, los embalses de Sant Ponç, Sallente, Sant Antoni y la Torrassa o el lago de Certascan, a más de 2.000 metros de altitud, son lugares ideales para la práctica de disciplinas como el piragüismo, actividades subacuáticas, kayak, esquí acuático, vela, pádel-surf, windsurf y ultratub.
Otro de los platos fuertes que ofrecen el Pirineo y las Tierras de Lleida son los deportes y actividades en tierra firme. El senderismo y el trekking por parajes excepcionales y centenares de rutas marcadas por todo el territorio, con diferentes niveles de exigencia física, son uno de los principales atractivos para visitar la demarcación para los amantes de la actividad al aire libre y el excursionismo. Por su parte, los amantes de la montaña tienen la posibilidad de subir a picos emblemáticos como la Pica d’Estats, el más alto de Cataluña; el
del Sotllo, en el Pallars Sobirà; el Montardo, en la Val d'Aran, o el Besiberri y el Comaloforno, en la Alta Ribagorça, entre otros muchos repartidos por la geografía pirenaica y que en pleno verano se pueden visitar sin necesidad de llevar equipo especial, puesto que las altas temperaturas estivales ayudan a derretir la mayor parte de la nieve. Excursiones a caballo o en quad o las rutas en BTT, bicicleta de carretera o gravel son otras propuestas que completan el catálogo de actividades idóneas para hacer estos meses de calor.También los amantes de la espeleología, las vías ferratas o la escalada tienen zonas ideales para practicar estas aficiones. Camarasa, Sant Llorenç de Montgai, Vilanova de Meià, Oliana o el desfiladero de Terradets son algunos de los puntos donde más se concentran los forofos de estas disciplinas.
Por último, para aquellos a quienes les gustan las alturas y volar, los municipios de Àger, en la Noguera, y Organyà, en el Alt Urgell, se han convertido en los principales polos de los deportes de aire en la demarcación con el parapente como producto estrella, pero también se pueden practicar otras disciplinas como el salto base, los ultraligeros, vuelo en globo aerostático o vuelos sin motor.
Magia para el paladar
Los llamados foodies o turistas gastronómicos, interesados en disfrutar de la gastronomía y de los productos locales de calidad, tienen también en las comarcas de Lleida un destino magnífico que puede aportar a sus paladares la magia que están buscando. Productos de
proximidad y de máxima calidad, una larga tradición de cocina de chup-chup que se mezcla también con toques de innovación en los fogones, el maridaje con buenos vinos y un servicio siempre cercano son la garantía de que la vivencia gastronómica será excelente. De hecho, el Pirineo y las Tierras de Lleida tienen una gran tradición en ser productoras de alimentos gourmet y de gran calidad. Desde el aceite de las Garrigues a la ternera del Pirineo, los turrones de Agramunt, la pera de Lleida, el queso y la mantequilla del Alt Urgell y la Cerdanya y otras propuestas que enriquecen la oferta gastronómica de la demarcación, marcada por los productos de la tierra y por recetas que han viajado en el tiempo a través de las generaciones. Los caracoles, la coca de recapte, la cazuela de tros, el trinxat o la girella son solo algunos ejemplos de platos y productos típicos que el visitante podrá encontrar. Y, por otro lado, la DO Costers del Segre dentro de su Ruta del Vino de Lleida ofrece la posibilidad de visitar las bodegas repartidas por las comarcas leridanas, donde se pueden catar y comprar caldos elaborados por productores locales con un sello que certifica su calidad.
Queda claro, pues, que el Pirineo y las Tierras de Lleida tienen propuestas turísticas para todos los gustos, para todas las edades y que dan respuesta a todo tipo de inquietudes y esto, en un momento como el actual en que está muy cotizado poder disfrutar de las pequeñas cosas y saborear cada minuto, convierte esta demarcación en una de las mejores opciones para invertir bien el tiempo de ocio este verano. Es por eso que a todas aquellas personas que buscan la tranquilidad que les ofrece la naturaleza, vivir aventuras y poder hacer actividades al aire libre, visitar monumentos y equipos culturales, tener una vivencia gastronómica fuera de serie o simplemente poder combinar todas estas propuestas para hacer su experiencia única y pasar tiempo de calidad en familia y con amigos, el mejor consejo que les podemos dar es: "Acércate a Lleida. Vive el Momento". No encontraréis un lugar mejor para hacerlo.








